But I'm a Cheerleader: Es genial ser gay


Megan es la típica adolescente popular, una porrista bonita con el novio de ensueño, aparentemente es feliz, pero cuando sus padres y amigos sospechan que es lesbiana la envían a un centro de rehabilitación para ser “curada”.

Jamie Babbit es la directora de este filme, queriendo crear una película como Ni idea pero versión gay; su estilo es característico por el uso de humor negro, dramático y fabuloso. A fin de cuentas, But I'm a Cheerleader es una sátira con un buen mensaje social. 


Para un poco de contexto social, la película se sitúa en 1999, momento en el que había una fuerte lucha por los derechos LGBT+. La película en su momento fue duramente criticada pero ha evolucionado a convertirse en un clásico de culto por la forma en que toca estos temas.


But I'm a Cheerleader / Soy Arcoiris

Esta película fue un debutante para grandes actores como Natasha Lyonne (Megan) y Melanie Lynsey (Hilary). Además de la participación de verdaderos representantes de la comunidad, Clea DuVall como Graham, el interés amoroso de Megan, y RuPaul como Mike, un consejero del centro; otra muestra de cómo la película usa el humor y conocimiento a su favor.


Cuenta con una manera exacta de escribir a sus personajes, entre los que destaca es Jan (Katrina Phillips), quien tiene todas las “características de una lesbiana” por su forma de vestir, pero niega serlo, reconoce el que le gusten los chicos, encasillada tanto por los adultos como la audiencia. Aunque la película cuenta con varios estereotipos, uno de los personajes más reales son Megan y Graham, quienes sirven como una ayuda entre ambas, tanto para encontrar sus identidades y mostrarnos cómo se desarrolla una relación entre ellas.


La película crea un contraste entre el mundo en el que Megan vive, tonos café y apagados; con el centro de rehabilitación, una estética de los 50, colores brillantes y material plástico. El lugar al que llega, en medio de la nada, con muebles y artefactos que no tienen una función real asemejan una casa de muñecas y a seguir los roles de su género; chicos de azul aprenden sobre autos y fútbol, y las chicas de rosa aprenden a limpiar y ser madres.


But I'm a cheerleader es una película grandioso, no es exacta al tema sobre terapias, pero eso es lo genial de una sátira, porque en los 2000 se caracterizó por ser una revolucionaria al pensamiento crítico en este tema, a veces se necesitan otras formas de entrar en razón a la gente como denotando cuán “ridículos” pueden ser.




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