Retrato de una mujer en llamas: Sentimientos profundos de un amor efímero

"No todo es efímero, algunos sentimientos son profundos". En la Francia del siglo XVIII, Marianne (Noémie Merlant) recibe el encargo de pintar el retrato de una prometida, Héloise (Adèle Haenel). No será tarea fácil, pues ella se niega a ser retratada. Marianne se hará pasar por una dama de compañía, mientras en secreto encuentra la forma de retratarla sin que se de cuenta. 

Como directora, Séline Sciamma tiene un estilo singular en contar y mostrar historias. Personajes honestos y personales, tomando fragmentos de su vida para hacer real esta experiencia. Siempre con una perspectiva en los temas de la feminidad y masculinidad, el deseo y amor sincero, sin dejar de lado los deseos e intereses de los protagonistas.

Una narrativa detallada. Logran desarrollar un romance tan fuerte en una semana, vivimos por esos instantes, esos momentos repercutirán en su vida, principalmente en el arte de Marianne. Como se menciona, este es un amor fugaz pero no deja de lado la profundidad de lo que sentían, es curioso cómo algo tan corto llega a doler tanto, o cómo se ve acorralada a elegir entre su labor y entregar a la mujer que ama, o irse, eso no cambiará el destino pero se mantendrá lealtad a su sentir.

Los simbolismos de esta película son muy importantes. La fotografía tiende a alargarse y estar cerca a los rostros de los personajes, o alejarse para ver todo de su cuerpo como si viéramos cuadro.

Logra captar una esencia tranquila y abrupta al mismo tiempo; como comenzamos en este hogar solitario con tomas cerradas como si nos estuviéramos atrapados, hasta que vemos el mar, el sol lo ilumina todo, una libertad que al mismo tiempo no nos deja ir más allá de la playa.

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La playa y el hogar es un tema interesante. Mientras el hogar nos resguarda al fuego y podemos ser nosotros mismos a través de las cortinas de tela (la feminidad a su esplendor sin esconderse, alabada por ellas mismas), el mar representa a la playa donde decidimos vivir al borde de ella o lanzarnos a ese manto azul, estamos completamente expuestos a la luz (la sociedad del hombre, crítica a los comportamientos y sentencia).

Retrato de una mujer en llamas tiene una delicadeza para hablar de un romance tan breve, con una estética bella, haciendo su clave central el arte. Recomiendo ver esta película por el gran simbolismo que contiene y la gran adaptación moderna que es.